
Tengo miedo, miedo a que todo siga igual no las situaciones, sino mi interior, mi mente. Soy yo quien decide cómo ver cada situación, puedo ser la uva que necesita ser aplastada para sacar su jugo o simplemente una piedra que no puede ser moldeada. Elijo ser la uva que me hace entender que algo nuevo tengo que aprender, que pensamiento formado tengo en mi, que no me hace ver más de lo que mis ojos ven, que me hace ver que lo días soleados son los «días buenos» y los días nublados son los «días malos», o porque haya viento no podré avanzar.
¿Me quedo así para siempre como una roca que se va desgastando? o ¿es mejor ser exprimido para que algo nuevo nazca en mi interior?
Una uva puede tener jugo y el gusto depende de la madurez. ¿Mi sabor es dulce o amargo?
